Muy frecuente, cuando la caries no se detecta a tiempo, esta avanza en profundidad dentro del diente y afecta el tejido más interno llamado pulpa, y que casi todos conocen como “el nervio”, el cual funciona para proveer suministro de sangre y sensación nerviosa al diente. Este avanze de la caries causa dolor y en muchas instancias un tratamiento de conducto radicular es necesario para que desaparezca el dolor. Este tipo de procedimiento puede ser hecho en una cita o necesitar varias, dependiendo de si existe o no infección, de si el diente es uniradicular o de más raices, o de la presencia de conductos calcificados, entre otras razones.

La caries, un empaste o restauración profunda, o una fractura de corona, están entre las posibles razones que pueden llevar a la necesidad de un tratamiento de conductoradicular. Una vez que estos estímulos negativos afectan la pulpa (el nervio) esta se inflama con diferentes grados. Dependiendo de la etapa de la inflamación la pulpa puede o no recuperarse, llegando en el peor de los casos a necesitar un tratamiento de conducto, durante el cual la pulpa es removida. El espacio vacío que queda (conducto radicular) debe limpiarse bien y rellernarse con un material termoplástico que se llama gutapercha.

Existen dientes que tienen una raíz con uno o dos canales mientras que otros dientes son multiradiculares teniendo entre dos y cuatro canales, de tal manera que unos tratamientos de conducto pueden requerir más trabajo que otros.